Las tablas de Daimiel + Molinos de viento y Castillo de Consuegra
En la escapada de hoy nos vamos a acercar a Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) y a los molinos de viento y al castillo de Consuegra (Toledo).
Ver la ruta en Google Maps.
Viernes: Salida de Madrid hacia el Camping Los Arenales, en Almagro. Llegada y visita a Almagro. Si necesitáis algo, hay un Mercadona en el pueblo.
Sábado: Día en Las Tablas de Daimiel.
Domingo: Regreso a Madrid, visitando los Molinos de Viento de Consuegra, y su Castillo.
Tiempos de viaje: Desde Madrid hasta el Camping Los Arenales se tarda 2 horas y 15 minutos. Del camping a Las Tablas se tarda 40 minutos. De las Tablas a los Molinos de Viento y al Castillo de Consuegra se tarda 1 hora.
Almagro y Camping Los Arenales
¿Quién no ha oído hablar de las famosas Berenjenas de Almagro? En el pueblo podrás comprar algunas conservas de berenjenas en diversos establecimientos.
De Almagro os recomendamos dar un paseo por las calles del centro del pueblo. En la Plaza Mayor tenéis el centro de vida del pueblo. Estando en la Plaza Mayor y mirando hacia el Ayuntamiento, en la calle del Ayuntamiento a su derecha según lo vemos, a unos metros hay una oficina de turismo en la que se pueden contratar visitas guiadas a los monumentos de la población, incluido el Corral de Las Comedias, aunque también podéis hacer la visita vosotros, porque la guiada dura unas dos horas, y con niños será complicado hacerla.
A nuestro hijo mayor le gustó entrar al Corral de Las Comedias, aunque la visita no fue guiada.
El Camping Los Arenales es el que queda más cerca de Las Tablas. La gente que nos atendió fue muy amable. Cogimos una parcela con luz y agua. Hay un pequeño descuento si te quedas dos días, y otro mayor si te quedas tres o más.
En la época que fuimos, mediados de febrero, las hojas del otoño cubrían el suelo del camping, dándole un aspecto muy bonito, la verdad. Justo en esa época estaban empezando a recogerlas.
Una cosa que no me gustó del camping es que cuando regresamos a Madrid, al verificar el depósito de agua limpia de la AC, el fondo estaba con una película marrón, que no acierto a decir si era óxido de hierro o algo de tierra, proveniente del relleno del agua en la propia parcela. Es posible que como no había mucho movimiento, las tuberías estuvieran algo sucias, aunque el agua parecía salir limpia, pero óbviamente no era así. Junto a nosotros, había el primer día una caravana de franceses y el segundo día un par de clientes más. Así que puede ser por el poco uso de esas tuberías. Si alguien va en otra época y quiere dejar un comentario a este respecto, perfecto.
El suelo de las parcelas es de piedras marrones pequeñas, que se quedan en los tacos de los zapatos, y luego se te llena la AC de esas piedrecitas, así que el uso de un felpudo se hace fundamental.
El parque para niños se me hizo un poco escaso, y la verdad es que como el suelo de estas piedras llama a que los gatos hagan sus necesidades allí, había muchas «cagadas» de gato para mi gusto.
Y esas son las pegas que le puedo poner al camping.
Por lo demás, todo fueron facilidades. El personal, que vive allí, muy atento, y no nos pusieron pegas a la hora de llegada. El camping tiene un restaurante que hace cenas especiales en fechas determinadas, como el día de los enamorados, por ejemplo.
El camping está pegado al pueblo, así que se llega en nada. Y por las noches se podían oír los búhos. Es decir, que era bastante tranquilo y dormimos bastante bien.
Otra cosa que me gustó es el vaciado de las aguas negras. Está en el suelo, en el mismo sitio que las aguas grises. Pero se hace cómodo, porque es espacioso al no estar entre paredes.
En la foto os he puesto un detalle del vaciado de las aguas grises.
Las Tablas de Daimiel
Tengo que reconocer que yo pensaba que esto era lo que más les iba a gustar a los niños. El menor, con 2 años y medio, se lo pasó mejor que el mayor, de 5 años y medio. Le encantaba corretear por las pasarelas que van por encima del agua. Al mayor le llevábamos unos prismáticos para poder ver de cerca algunas de las aves que viven en el humedal. Ver web de Las Tablas.
La entrada es gratuita, y hay 3 recorridos. Si vais con el tiempo justo, haced el amarillo, que es el que va por entre las islas, y hay un par de observatorios en cabaña para ver aves.
El aparcamiento de Las Tablas es privado y gratuito. Se puede pernoctar un máximo de una noche allí, pidiendo un permiso en la oficina del propio parque.
Del recorrido amarillo, yo lo dividiría en tres partes. La que va por encima del agua con las pasarelas, la subida a un pequeño cerro desde el que observar el parque, y el bosque de tarays. Esta última parte nos llamó a todos mucho la atención, por las formas caprichosas de esos árboles.
Las sendas de Las Tablas, tanto las pasarelas sobre el agua, como las que van por el suelo, en tierra, es algo que les gustó mucho a los niños.
Consuegra: Molinos de Viento y Castillo
Hay dos molinos que se pueden visitar. Pero son más o menos iguales. Visita el de arriba, que seguro que habrá menos gente, pero compra las entradas en el de abajo, el primero, que es donde las venden.
Puedes comprar molinos + castillo, y son 4,50 € por cada adulto. Los niños de hasta 7 años no pagan. La visita al castillo no es guiada. Si la quieres guiada la puedes pedir. Creo que la guiada hacen una especie de teatralización. Pero dura mucho, y nuestro hijo pequeño tiene 2 años y medio. El disfrutó más corriendo por las piedras y por las estancias del castillo.
En la subida al cerro donde están los molinos y el castillo, verás un parking y una señal de prohibido a autobuses y caravanas, salvo que tengan permiso para ello. Como no podía nada de autocaravanas, nosotros subimos. Si no hay mucha gente, podrás aparcar en el parking de la carretera al lado del castillo, o arriba del todo, al lado del molino que se puede visitar. Pero ten cuidado de hacerlo en los sitios indicados, porque suben autobuses de turistas y dan la vuelta allí.
Nosotros comimos allí arriba. Y al terminar de comer, llegó otra autocaravana, más pequeña, pero autocaravana también. 🙂
Ver la web de los molinos y el castillo.
De esta escapada, yo creo que lo que más le gustó a los niños fue el castillo. Aunque os tengo que decir una cosa: Allí arriba hacía bastante viento y a mitad de febrero, aunque hizo sol, hacía frío. Nos llevamos un costipado 😀 pero lo pasamos muy bien.