Castillo de Belmonte, Alarcón y Segóbriga

Castillo de Belmonte, Alarcón y Segóbriga

En esta entrada os traemos una escapada rápida y cerca de Madrid. Vamos a ir al Castillo de Belmonte y pasaremos por Alarcón, por Castillo de Garcimuñoz, y por las ruinas romanas de Segóbriga, ya de vuelta a Madrid. Aquí os dejo la ruta Google Maps. pernoctaremos al lado del embalse de Alarcón, en el Camping Pantapino, a 2h de Madrid. La verdad es que el Castillo de Alarcón queda un poco alejado, a 1h de carretera, pero por la zona, este es el camping que más nos ha gustado, por no decir que es el único que hemos encontrado 🙂 . Para ver el tipo de parcela que tenían (acotada con setos, con luz, agua y desagüe) les llamé por teléfono y me atendió Pepe, muy amablemente. Así que decidimos ir allí directamente.

Camping Pantapino

Por teléfono Pepe nos habla de «Las Chorreras», una especie de cascadas cerca de la zona. Pero con niños, al menos de edades pequeñas, no vamos a ir, porque hay que andar y no es plan. De todos modos, está como a 1h del camping, y ya son demasiadas cosas para un fin de semana, ya que el embalse tiene su encanto, y el pueblo de Alarcón, es un pueblo medieval que merece la pena visitar, al igual que el pueblo de Belmonte.

No obstante, para aquellos que quieran ir y que puedan, por la edad de sus hijos, y que además sea tiempo que permita bañarse en sus pozas, os paso la ruta Google Maps desde el camping hasta las Chorreras del río Cabriel.

Hecho este inciso, continúo con nuestra escapada. Llegamos por la noche al camping, y como los dueños viven allí, no hay problema con la hora. Nos dan una parcela con luz y agua, y nos disponemos a pasar la noche.

Por la mañana, cuando me levanto y salgo fuera de la autocaravana, veo con tristeza y asombro que en el suelo donde estamos hay un montón de hileras de procesionaria, ya sabéis, las orugas de los pinos. Como el camping está en una zona de pinos, pues hay muchas.

Aviso a la caravana que tenemos al lado, que tienen un perro que está persiguiendo a los gatos que aparecen por allí, y lo atan lejos de las orugas. Pero como se van moviendo, decidimos irnos del camping. Llenamos el depósito de agua, y nos largamos de allí.

La dueña nos dice que las pueden quemar, pero es que con dos niños pequeños, no me atrevo a dejarles sueltos y que toquen alguna oruga perdida. Les decimos que nos vamos. Nos regalan una botella de agua fresca para el camino, y nos despedimos.

No quiero echar leña contra este camping, porque habrá que verlo en temporada que ya no haya orugas, pero lo cierto es que para eliminar la procesionaria, más que quemar las orugas cuando aparecen, habría que tratar los árboles durante el invierno. Supongo que esto tendrá un coste de dinero y tiempo, pero es que esto es fundamental hacerlo, para evitar estas situaciones como la nuestra. Así que, si los dueños están leyendo este post (les di la dirección del blog), espero que tomen medidas para el futuro, porque por lo demás, el sitio parecía agradable.

 

Alarcón

Bueno, pues salimos del camping y nos dirigimos a ver el pueblo de Alarcón. Es uno de los pueblos con encanto que hay en Cuenca. Os recomiendo su visita. Es pequeño y te retrotrae a épocas pasadas.

Alarcón – Vista de Castillo y Presa

Antes de entrar al pueblo, podrás visitar una de las torres de defensa que hay a su alrededor. Cerca de esta fue tomada la foto anterior.

Ya en el parking del pueblo, donde paran los autobuses, nos encontramos a una pareja con una autocaravana más pequeña, y les pregunto si han pernoctado allí, y me dice que así es, que había otra AC, y se quedaron allí, y que estuvieron muy tranquilos. Para haberlo sabido. 🙂

La verdad es que el parking está recto y asfaltado, pero como no es ningún puente especial ni nada, no había mucha gente y se podría haber quedado uno allí tranquilamente. Apuntado para la siguiente.

El Castillo de Alarcón no se puede visitar, porque es un Parador Nacional. Se puede entrar al bar que tienen si os queréis tomar algo allí, pero nada más.

La verdad es que en este pueblo se lo han montado muy bien. Porque para tener un castillo que no se puede visitar, le han sabido sacar provecho.

Se pueden hacer rutas que bajan hasta el río, pero nosotros decidimos irnos a ver el Castillo de Garcimuñoz, que además da nombre al pueblo donde se encuentra. Además, la chica de la oficina de turismo de Alarcón nos ha dicho que allí hay un área de autocaravanas, y tenemos que verla para ver dónde nos quedaremos la siguiente noche.

La verdad es que la entrada y salida de este pueblo es espectacular, ya que atraviesas las murallas por los arcos por los que pasa la carretera. Os dejo un vídeo en Youtube que grabamos desde la autocaravana al salir del pueblo, con banda sonora mía al piano, con una variación del tema de la película Pearl Harbour.

 

Castillo de Garcimuñoz

Nuestro siguiente destino es Castillo de Garcimuñoz. El pueblo se llama igual que el castillo. Lo ponemos en el navegador y nos vamos.

Yo suponía que iba a estar cerrado, porque en la web ponían que había que pedir las llaves al ayuntamiento, y las veces que intenté llamarles nadie cogía el teléfono y salía el fax. Este pueblo es pequeño. Debe de tener entre 50 y 80 habitantes.

Me encontré a unos chicos pegando perdigonazos a las palomas que se posaban en la fachada del castillo. Uno de ellos vivía en la casa de al lado. Y me estuvieron contando que hace poco que empezaron a mover el tema del castillo, que en otra época fue un castillo de referencia. Pero se dejó morir, y desde hace poco lo están poniendo otra vez de relieve, pero que sólamente se abre durante la época turística, en verano.

Bueno, pues después de las fotos de rigor, aparcamos la autocaravana en la explanada que veis en esta foto y nos dispusimos a comer. Estábamos solos, así que genial. Os dejo otra foto de lo que hay para las autocaravanas. Menos da una piedra.

La verdad es que es la primera vez en España que hemos decidido buscar una área para dormir. Bueno, no, miento. La primera vez fue la primera noche como autocaravanista, con una AC alquilada, y en una gasolinera de Burgos. Pero eso da para otro post. Aquí, como podéis ver, podéis descargar los depositos de aguas y rellenar. También podéis pernoctar. Hay como unas 5 o 6 plazas para las AC’s, aunque yo creo que en la explanada de delante del castillo, nadie te diría nada.

Visto el castillo, desde fuera, nos dirigimos ahora a ver el plato fuerte de nuestra escapada: El Castillo de Belmonte. Ponemos la ruta en el navegador y arrancamos.

 

Castillo de Belmonte

Patio del castillo

Una pasada de castillo. Como lo leéis. Tenéis que ir. Las plantas de arriba está mejor restauradas. Supongo que tendrán que hacer más cosas con el tiempo. Pero es una pasada. A los niños les encantó. Desde luego que este era el plato fuerte, con permiso del descubrimiento de Alarcón, que nos encantó. En la foto, el patio del castillo. Desde aquí tenéis acceso a las mazmorras, a la sala de armas, a la tienda de recuerdos y bar, a la sala de proyección (os ponen un vídeo de unos 12 minutos) y a las escaleras para subir arriba.

Las plantas inferiores están prácticamente vacías en mobiliario, aunque pueden verse las ventanas, suelos y techos restaurados.

Subiendo a la planta superior, debajo de los tejados, las salas están decoradas con mobiliario, cuadros y alfombras, y se pueden leer los letreros informativos de cada sala, además de oír la audioguía que está incluida en el precio de la visita.

Aunque si os soy sincero, yo no la oí, porque estaba más pendiente de perseguir a los niños que de otra cosa. 🙂

Desde las diferentes ventanas del castillo tendrás diferentes visiones del panorama que lo rodea.

A los niños les encantaba mirar por las ventanas. Yo sólo pensaba en cómo debía de ser la vida en aquellos tiempos en la que el castillo era protagonista del día a día.

Por cierto, la muralla que veis en esta foto a través de la ventana, también la podéis visitar, y subir por ella. Rodea a todo el castillo. Va subiendo y bajando con escalones a lo largo de toda su longitud. También podéis dar un rodeo al castillo por la parte de abajo de la muralla, por el suelo, que es recto y no hay que subir y bajar escalones. 🙂

En esta otra foto podéis ver el detalle de una de las paredes de al lado de una ventana. No todas las paredes están decoradas con esos relieves.

 

 

Los techos son otra obra de arte. Levantad la vista y observad los acabados de los techos del castillo.

 

 

 

Una vez arriba, en el tejado del castillo, podréis acceder a las almenas que lo rodean. Eso sí, las escaleras de subidas son estrechas.

Aunque, yo creo que esta parte es la que más gustó a mis hijos. Eso de subir arriba del todo, y ver los tejados con las tejas, y el paisaje desde las torres, les debió de parecer lo máximo.

Desde ciertas zonas del castillo, se puede ver la Colegiata del pueblo de Belmonte. Desde las torres o desde algunas de las ventanas, que dan a esa parte del paisaje.

Más abajo os dejo la foto hecha desde el otro punto, es decir, desde la Colegiata hacia el castillo.

 

 

 

Como no podía ser de otro modo, os dejo una foto de nuestra autocaravana hecha desde una de las torres. A los que penséis que podéis hacer pernocta en este parking, os diré que aunque no lo parezca tiene cierta inclinación, y puede ser algo incómodo para pasar la noche. Os adelanto esto.

Por esta escalera de caracol se baja hasta la planta baja, para terminar la visita. Para los que no quieran bajar por aquí, hay otra menos estrecha, aunque los niños se lo pasaron estupendamente bajando por allí. Tuve que encender la linterna del móvil porque por tramos estaba completamente obscuro.

Una vez abajo, se sale por la puerta que tenéis en la esquina superior derecha de esta foto. Y ya estáis en el patio del castillo. Suponemos que es allí donde hacen los torneos medievales que dicen en la web, pero no lo preguntamos.

Dando la vuelta al castillo, por la parte de fuera, pude hacer esta foto que veis.

Visto desde abajo, la verdad es que tampoco te parece tan grande, pero una vez que subes y ves que dominas todo lo que te rodea, te das cuenta de que si, el castillo es grande, y la visita la verdad es que ha merecido la pena.

Lo hemos pasado muy bien viendo el castillo y metiéndonos por los recovecos y pasadizos por los que te dejan ir.

Todavía le faltan cosas, de cara a la rehabilitación, pero la verdad es que os aconsejamos esta visita.

Ya de vuelta en la autocaravana, merendamos y nos dispusimos a ver qué decidíamos para la pernocta. Pensamos en quedarnos en el parking del castillo, pero había un camping que aparecía en Google Maps, el Camping La Celadilla, y aunque tenía unas malas opiniones, pensamos en ponerlo en la ruta para ver cómo era. Se nos hizo de noche buscando por Internet, y al final, cayó el sol y encendieron la iluminación del castillo. Mi mujer tomó esta foto que os dejo desde la autocaravana, bajando por la calle hacia el pueblo.

Antes de ir al camping, pusimos en el navegador de Google, en el móvil, la dirección del cuartel de la Guardia Civil. Al llegar, había sitio para quedarse a pernoctar. Bajé a preguntar si nos podíamos quedar (es la primera ves que hacemos esto) y el guardia civil que me atendió me dijo que no había ningún problema. De hecho, le pregunté lo del camping que os dije antes, y me dijo que no se nos ocurriera ir allí, porque estaba en muy mal estado. Al final, las opiniones eran verdad.

Nos quedamos allí, y la noche fue super tranquila.

A la mañana siguiente bajé para buscar una chocolate con churros que pudiera llevar para el desayuno, y me encontré con el guardia civil de la pasada noche. Me preguntó muy amablemente qué tal habíamos dormido. Y además me dijo la dirección de la única churrería del pueblo. Todo salió a pedir de boca.

Desayunamos y fuimos a dar una vuelta por el interior del pueblo de Belmonte.

Foto del castillo, al fondo, hecha desde La Colegiata de Belmonte.

El pueblo en sí es un pueblo normal. Lo que merece la pena de la visita al pueblo es dar la vuelta alrededor de La Colegiata. No pudimos pasar, así que no os puedo decir cómo es por dentro, aunque hay visitas de pago. No pasamos porque estaba cerrada.

La foto obligada es la que os hacéis con el castillo al fondo.

De vuelta a la autocaravana, y ahora con destino a las ruinas romanas de Segóbriga.

Lo metemos en el navegador y salimos para allá.

 

 

 

 

 

Ruinas romanas de Segóbriga

Llegamos a Segóbriga antes de la hora de la comida. Hacía sol y buen tiempo, y decidimos comer primero y dejar la visita para después. Pero el tiempo cambió drásticamente, y después de comer se levantó un viento tremendo, y se nubló todo. Hicimos la visita a marchas forzadas. De todos modos, comparado con los castillos, para los niños esto no es gran cosa. 🙂

Os dejamos también un mini vídeo del anfiteatro.

Espero que hayáis disfrutado de este post. Esta escapada está super aprovechada y es muy recomendable. Dejad vuestros comentarios si la hacéis.

 

 

 

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