Francia medieval, troglodita y Viaje al Centro de la Tierra

Francia medieval, troglodita y Viaje al Centro de la Tierra

En esta ocasión os traemos un viaje por Francia, visitando castillos y pueblos medievales, asentamientos trogloditas, y cuevas increíbles.

Estamos hablando de la zona de Périgord, del Vallée de la Dordogne y del Parque Natural del Quercy en el valle del Lot.

Demasiadas cosas que ver para un solo viaje. Se nos quedaron muchas en el tintero, pero es que hay que volver. El Périgord ha sido un gran descubrimiento de Francia.

Hacía ya 2 años que yo quería hacer este viaje, y ha sido ahora cuando hemos podido materializarlo, más que nada, por el tiempo que lleva, y porque ne verano, los niños quieren playa, y es más complicado de hacer.

Los enlaces Google Maps que os dejo es la parte 1 de la ruta, la parte 2, y únicamente la parte del Périgord.

Empiezo a escribir esta entrada con muchas cosas en la cabeza. Muchas cosas para mostraros, mucha información, panfletos, mapas, fotos, vídeos… Este viaje me daría para una entrada única para cada día.

Pero comenzaremos por el principio.

Salimos de Madrid. Lo hacemos después de comer. Un poco tarde. Bastante. Así que tenemos que parar en Briviesca. Un descubrimiento. Estamos en Burgos, y decidimos pasar la noche en el área de autocaravanas de Briviesca. Es gratuita, y está cuidada. Hay unos cuantos amigos camperos allí, como los llama mi mujer.

– Mira – me dice – Hay amigos camperos. Nos quedamos.

Me parece bien, porque no os debéis de quedar solos por la noche en ningún sitio. Así que os paso la dirección del área: N 42º 33′ 4,2» / O 3º 19′ 43»  y  42.55117   /   -3.32861

Si preferís el Google Maps, veréis que está al lado de la plaza de toros.

Pasamos la noche y a la mañana siguiente salimos hacia Francia. Afortunadamente en la noche pasada se nos acabó una de las botellas de propano que llevamos. Digo afortunadamente, porque me entero que las de Francia tienen otro sistema. Después de mirar mucho estos días por Internet, ya soy un experto en botellas. 🙂 Así que o vais con las botellas cargadas desde España, o tenéis que hacer una ñapa con los reguladores y las liras (cosa que no recomiendo para los que no sepan del tema), o llevar una botella de GLP (Gas Licuado de Petróleo), es decir, recargable en las gasolineras.

El caso es que llevamos una CEPSA y no encontramos ninguna gasolinera donde las vendan. Paramos en unas cuantas, y esto nos retrasa mucho, pero es que no podemos arrisgarnos a ir con sólo una botella. Necesitamos ir con las dos, ya que iremos sobre todo a áreas, y con los niños y la calefacción por las noches, haremos un buen gasto de gas. La nevera no es lo que más tira, pero todo cuenta, claro.

Al final localizamos una CEPSA en Vitoria que tienen botellas. Os paso su dirección en Google Maps, por si estáis en el mismo caso. Además, enfrente tenéis un Aldi, para las compras de última hora antes de pasar a Francia.

Bueno, pues ya es hora de pasar la frontera. Por culpa de la botella de propano, vamos tarde, y en lugar de llegar a la zona de Biscarrosse, Parentis y Sanguinet, es decir, a los lagos, decidimos quedarnos en un camping que conocemos, y del que os hemos hablado en el post de Fin de verano en Labenne. El camping Sylvamar es caro, la verdad, pero a los niños les gusta. En ese post que os digo lo analizo un poco más y podéis ver imágenes del sitio. Os tengo que decir que en esta ocasión, me he vuelto a clavar esas agujas de plantas que hay por el suelo. Ya no se si es mala suerte o es lo normal, la verdad. De todos modos, justo al lado del camping tenéis un área de autocaravanas, y por supuesto, por la zona hay muchos campings más.

Llegamos a este camping, y descansamos allí esa noche.

Al día siguiente salimos hacia los lagos. Pasamos por Biscarrosse Plage, nos hacemos unas fotos en la playa, y paseamos un poco por el pueblo. Unos helados, unos «caballitos» para los niños, y nos quedamos en el área de autocaravanas que hay a la salida del pueblo, dirección el lago (Lac) de Maguide. En el post de Las Landas os hablo de este área en el epígrafe Biscarrosse y Biscarrosse Plage.

Aparcados en el área de camping cars.

La verdad es que el sitio está de lujo.

A la mañana siguiente ponemos rumbo a Sanguinet. Allí hay un área pequeña y queremos ver cómo está de ocupación. Pero está a tope, así que decidimos comenzar nuestra aventura hacia el Périgord y no retrasarla más días. Hay muchas cosas que ver por delante.

La última autopista de pago que cogemos nos pegan una clavada de unos 23 euros. Una auténtica pasta. A partir de ese momento no cogeremos ninguna otra de pago hasta la salida de Francia. No puede ser que nos cobren más por las autopistas que por las pernoctas.

 

Comenzamos a recorrer pueblos con encanto: Bourdeilles

La ruta hacia el Périgord nos lleva rodeando Burdeos, pero se forman unos atascos largos y perdemos mucho tiempo allí. Así que decidimos buscar pernocta en un área. Visitamos varios pueblos, cada uno con su castillo y su encanto, y nos decantamos por uno, Bourdeilles, porque vemos un área que decían que era privada, pero no había ni rastro de tener que pagar. Allí había varios amigos camperos y como estaba muy plana, sobre hierva, y al lado de una campo de fútbol con juegos para niños, decidimos sin pensar más quedarnos allí a pasar la noche. Os dejo las fotos del área, y la vista del pueblo desde ese área. Lo que se ve no es el sol, sino una espectacular luna llena.

Sitios como este hay muchos. Antes de seleccionar este pasamos por varios, y todos tenían sus encantos particulares.

Bourdeilles. Al fondo, entrada al castillo.

 

Brantôme

Al día siguiente, después de la visita obligada a Bourdeilles, partimos  dirección Brantôme. En este pueblo podéis coger un barco para hacer una excursión por el río. Os explicarán la historia del pueblo y pasaréis por los monumentos más representativos.

Dejamos la autocaravana en el área, que está al lado del río y de la zona neurálgica del pueblo, y hacemos la excursión en barco, damos un paseo y nos tomamos un refresco en uno de los bares que dan vistas al río Dronne.

La verdad es que este idílico pueblo te invita a quedarte varios días, pero en nuestra ruta tenemos muchas cosas por delante. Dejamos que los niños jueguen en el parque que hay al lado del área de autocaravanas y luego nos vamos a cenar y dormir. Están cansados. Mucho paseo y muchas emociones. Y eso que con respecto a lo que viene, este día ha sido tranquilo. Os dejo unas fotos de Brantôme.

Paseo en barco

 

Las grutas de Roc de Cazelle

En nuestra etapa de hoy está la visita a las grutas de Roc de Cazelle, que es un Parque Prehistórico donde podremos ver cómo vivían nuestros ancestros lejanos, y además, en los mismos sitios donde ellos estuvieron.

Básicamente se trata de un circuito ambientado donde visitarás unas cuevas en las paredes de piedra del valle de uno de los afluentes del río Vézère, cerca de Les Eyzies. El circuito muestra la vida de los prehistóricos y cómo eran sus vidas, y también la utilización que dieron los medievos a esas cuevas. Realmente, una visita a tener en cuenta. He de deciros, que emplazamientos similares a este hay unos cuantos por la zona.

 

Castillo de Castelnaud

Cuando salimos de la excursión, ya es hora de ir a nuestro siguiente destino de pernocta. Nos dirigimos a Castelnaud y llegamos ya atardeciendo.  En el párking del castillo permiten la pernocta, pero no hay nadie, y no nos quedamos allí. Abajo, en el pueblo, hay un párking grande donde, si os digo la verdad, no me queda muy claro que permitan quedarse a dormir, pero la verdad es que nos quedamos allí. No es verano, y no hay problema de sitios. Además, hay más de esos que mi mujer llama «amigos camperos». Les preguntamos y nos dicen que ellos se van a quedar allí. En total somos 4 autocaravanas y dos o tres campers. Así que bien.

La primera impresión de este impresionante pueblo es que se parece a cómo está montado Saint Michelle. Castelnaud es un pueblo medieval, pero medieval medieval. No dejan pasar salvo que te alojes en alguno de los alojamientos del pueblo, o que vivas allí. Tienes muchos sitios donde tomar algo, y tiendas de recuerdos en cada esquina. El pueblo empinado, las calles y casas de piedra, y el castillo, te retrotraen a tiempos pasados, más bélicos, más duros. El panfleto de publicidad de Castelnaud dice: «El museo de la guerra de la edad moderna» (Museé de la guerre au moyen âge). Os paso la web: castelnaud.com.

Para subir al castillo, al día siguiente, lo mejor es dejar aparcada la autocaravana en el párking. A fin de cuentas este es gratuito y el de arriba es de pago, y tampoco está al lado.

Vista desde el castillo del pueblo de abajo, y del párking donde pernoctamos (derecha)

Vista nocturna del castillo desde el párking del pueblo de abajo

He dejado más fotos del castillo en nuestra página de Instagram.

A la salida del castillo, pasas por un bar. Nos quedamos a comer allí. La verdad es que muy bien.

Cuando estábamos mirando el increíble paisaje desde el castillo, vemos que hay unos barcos de turistas en el río, y decidimos ir a coger uno. Se cogen en un pueblo cercano (otro que merece la pena pararse a recorrer al menos sus calles). Dejas el río Dordoña a tu derecha, y terminas en otro pueblo, La Roque-Gageac, que es de donde salen los barcos. Así que, vamos a por el paseo en barco por el Dordoña. Dejamos la autocaravana aparcada en el área que hay al lado del embarcadero, y compramos los tickets.

La Roque-Gageac visto desde el barco en el Dordoña

Una vez terminada esta visita, y con pena por abandonar estos impresionantes pueblos, partimos hacia pernoctar en Rocamadour.  Si sigues al navegador, encontrarás paisajes como el siguiente puente:

Llegamos de noche a Rocamadour, y nos dirigimos al párking que hay enfrente del castillo, que está lleno de amigos camperos. Pasamos allí la noche. Pero antes de la cena, salgo a dar un paseo con mi hijo mayor para ver el castillo iluminado por la noche, y como es Viernes Santo, nos encontramos con vigilias, procesiones y demás. Terminados en medio de una misa francesa y luego formamos parte un rato de una procesión de Semana Santa. Menuda experiencia. Nosotros somos católicos, y ver una misa en francés era uno de mis deseos. Además, el coro era impresionante, y el lugar mágico. Os dejo unas imágenes de Rocamadour de noche.

 

Rocamadour

Estamos ante otro pueblo medieval con una clara visita obligada. El castillo y la zona de culto de iglesias y capillas que hay debajo. Todo está literalmente pegado a la pared de piedra de la montaña. Esto lo hace impresionante. Y si tenéis la oportunidad de hacer, como hice yo, una visita nocturna, quedaréis encantados.

Foto desde el castillo

El nombre de este pueblo viene de las reliquias del cuerpo incorrupto de San Amador. El cuerpo se encontró incorrupto y a partir de ese lugar se levantaron una serie de santuarios, capillas e iglesias hasta llegar a lo que es hoy en día. Impresionante.

En el exterior del santuario hay una espada clavada en la roca, que dicen que es Durandal, la espada del héroe Roldán, comandante de los francos al servicio de Carlomagno. De hecho, dicen que era su sobrino. Roldán murió en la batalla de Roncesvalles.

Exterior del santuario. Detalle de la ubicación de Durandal.

En la foto anterior os he puesto la ubicación de Durandal, en la pared de piedra del exterior del santuario. Como podéis ver, se funde la construcción con la pared de roca.

En la foto superior veis las escaleras de subida a la capilla de oración. He puesto esta foto porque se ve cómo las capillas y las iglesias se han ido construyendo alrededor de la tumba de Sam Amador, aprovechando al máximo el espacio que deja la pared de roca. Podéis ver la fusión completa entre la pared de roca y la pared de la capilla.

En la foto inferior, hecha desde la plaza central del santuario, puede apreciarse la belleza de este lugar.

Y fue aquí donde mi hijo y yo tuvimos la suerte de poder asistir a una misa de Semana Santa la noche anterior, y ser parte de una procesión.

Bajamos al pueblo para dar un paseo, comprar algunos recuerdos y montar en el pequeño tren que lo recorre. El tren se coge en el parking inferior del pueblo y te devuelve allí (ticket de ida y vuelta) o te deja en el propio pueblo, al inicio o al final (sólo ticket de ida). Lo malo es que tuvimos que bajar al párking para poder comprar el ticket.

Pero es que a nuestro hijo pequeño le encantan los trenes y siempre que vemos uno nos tenemos que subir.

La verdad es que es poco pedir para lo bien que se porta, así que, para seros sinceros, vamos buscando los trenes para montarnos y que él disfrute de esa afición suya. 🙂

Una vez terminada esta visita, decidimos comer en el pueblo, y buscamos un sitio con un menú de niño apto para nuestros hijos. Y encontramos el siguiente. No me gusta tener que escribir estas cosas, pero es que forma parte del blog y de nuestra experiencia, y si en algo os podemos ayudar en vuestra visita a Rocamadour, pues perfecto, para eso está el blog. Os voy a poner el sitio donde comimos, para que no vayáis allí. Raciones escasas, el filete que en Francia es grande, era transparente… En fin… Para lo que es, muy caro, y malo.

Así que huid de ese sitio.

Si hubiera sido en España, hubiera puesto una queja en el restaurante. Pero como mi francés es limitado, y ellos prácticamente no hablan inglés, mejor lo dejamos así. Digamos que pagamos a precio de oro lo que no lo es. Tomamos un extra en la autocaravana, y listo.

Así que con la panza a medio gas decidimos salir hacia Padirac, nuestro próximo destino, a ver el Gouffre de Padirac, que será, según reza el panfleto de turismo, un viaje hacia el centro de la Tierra.

 

Gouffre de Padirac

Vista desde abajo
Vista desde arriba

Os tengo que decir que tuvimos mucha suerte para verlo en este día. Llegamos a las 17:30 horas, y la taquilla no vende más entradas para el día, pero hay máquinas fuera, y si hay plazas, podéis comprarlas allí. Pero al parecer lo normal es que esté bastante lleno, y que haya que comprar las entradas el día anterior. Os dejo su web: http://www.gouffre-de-padirac.com/

Para bajar hasta abajo hay una serie de ascensores, o lo podéis hacer también mediante las escaleras. El primer tramo es sólamente mediante ascensor, y luego ya podéis elegir.

Nosotros bajamos por las escaleras y subimos por los ascensores.

Bueno, pues lo que os vais a encontrar en esta cueva es primeramente la parte del gouffre, que es la depresión del terreno por la caída del techo, y luego la parte de la cueva que esta cubierta, claro. Hay un río que la recorre, y vas en barca una parte del recorrido. Hasta que coges la barca, te dejan hacer fotos y vídeos. Una vez que la tomas, ya no te dejan. Cuando sales de la barca, hay una visita guiada por otras áreas de la cueva, y te siguen sin dejar hacer fotos o vídeos. La visita termina volviendo en la barca al punto de partida, y desde allí, andando a subir de nuevo a la superficie.

Así resumido, puede no parecer gran cosa, pero no es que sea recomendable esta visita. Es que es fundamental. Dentro hay una formaciones fantásticas de columnas, estalagmitas, estalacticas, y el propio río con sus cascadas. Merece mucho la pena, de verdad.

La foto de arriba la saqué en la zona en que no estaba permitido hacer fotos. Tengo que decir en mi defensa que como al inicio de la cueva dejaban hacer fotos, pensé que la restricción era únicamente para la parte de la barca, con el fin de que no se desestabilizasen y cayésemos al agua. Pero no, como he dicho, es en el resto del recorrido. Pero bueno, el guía me dijo que no podía hacer más fotos y listo. Como no me pidió borrar esta, pues no lo hice, y aquí os la dejo, con el fin de que podáis ver que los paisajes subterráneos que hay dentro de la cueva merecen la pena la visita.

Para pernoctar, podéis avisarlo en las taquillas, y os dejarán hacerlo en el párking de autobuses, que es privado. De esta forma estaréis los primeros si no habéis podido hacer la visita ese día y la tenéis para el día siguiente. De todos modos, hay varias explanadas por la zona, y se quedan amigos camperos.

Nosotros nos vamos de allí con dirección a lo que llaman la ruta entre los dos ríos. Bueno, la verdad es que es seguir el Lot y ver los pueblos que están en sus márgenes. El problema es que nuestra autocaravana es grande, y no pasa por algunos puentes y túneles que hay. Afortunadamente, como llevamos las medidas metidas en el navegador, nos marca el camino correcto. Aunque para ir a un pueblo que esté a 5 minutos necesitemos dar un rodeo de 25. Pero al final llegamos. Aunque debido a esto, decidimos no hacer la ruta de la carretera, sino marcar como destino únicamente un par de pueblos para visitar, y ver el paisaje que podamos en esas rutas de curvas y recurvas por las que nos lleva el navegador, y que en muchos casos no son la más directa, por lo que ya os he dicho de las medidas de nuestra AC.

Con tiempo, yo creo que toda esta zona merece mucho la pena, pero si os digo la verdad, cansa un poco tanto recorrido por culpa de las dimensiones. Los pueblos que decidimos visitar son Saint Cirq-Lapopie y Cahors.

 

Saint Cirq-Lapopie

Llegamos para pernoctar. En la parte baja del pueblo (otro más que está en una ladera y habrá que subir y subir y bajar y bajar 🙂 ) hay un área gratuita municipal, y otra de pago. La de pago es una explanada de unas fincas de un particular que deja pasar el día por unos 7 euros (incluida la pernocta), y la ventaja es que está llana. No tiene servicios de agua ni de vaciado. Eso lo tendrás que hacer en el área municipal, que está al lado suyo. Aunque cuando fuimos nosotros, no se daban esos servicios porque estaba rota la máquina. Vamos, que habían reventado el cajón de las monedas dejando inutilizado el sistema. Podéis vaciar aguas grises sin problema, y aguas negras, pero no podréis enjuagar el cassette.

Bueno, pues pasamos la noche, y a la mañana siguiente decidimos acercar la AC hasta uno de los parkings de la parte inferior del pueblo, para que los niños anden menos, ya que suponemos que se van a cansar en la subida. Es de pago (4 €), pero bueno, si logramos ganar metros, pues lo aceptamos.

A posteriori fue una buena decisión, ya que me pasé casi toda la subida con mi hijo pequeño en brazos.

Dicen algunas guías y foros que St. Cirq-Lapopie es el pueblo más bello de Francia. Bueno, yo no diría tanto. La verdad es que es un sitio guapo. Esa es la verdad. ¿El más bello? No lo se. A mi, personalmente, hay otros sitios que me han gustado incluso más. Pero todo va en gustos. Lo cierto es que St. Cirq-Lapopie es uno de los más bellos. Eso sí. Es un pueblo medieval, con un castillo que está en ruinas. Se conserva poco. Pero desde él se tiene una panorámica excelente de todo el valle. Y lo cierto es que como todos los pueblos empinados que tienen terrazas, y que tienen la suerte de estar enclavados en paisajes maravillosos, como es este Parque Natural del Quercy, pues la verdad es que son pueblos que llaman mucho la atención.

Os dejo algunas fotos para que podáis valorarlo, y recordad que tenéis más en nuestro Instagram. Os dejo también la web del pueblo: http://www.saint-cirqlapopie.es/

Vista del valle desde el castillo

 

Cahors

Seguimos ruta hacia Cahors. La parte visitable de este pueblo es la parte vieja, claro. Un entramado de calles estrechas y de monumentos te llevan a otra época sin salir de la ciudad.

Hay guías, como la nuestra, que te dicen que este puente es el monumento más fotografiado de toda Francia. La verdad es que ves la edición de la guía y todavía no se había construido la Torre Eiffel. Bueno, por si acaso, aquí tenéis la foto. 🙂

En Cahors tenéis un barco y un tren que recorre la ciudad. En tiempo de vacaciones sólo hay uno al día. Se cogen donde el puente viejo (el más fotografiado). A las 15:00 y a las 16:00 horas. Primero sale el barco y al volver sale el tren. Es el mismo conductor. 🙂

Con esta visita, damos por finalizada nuestra etapa turística en Francia, y comenzamos el regreso. Pararemos un par de noches, una en Mont-de-Marsan, en un área de autocaravanas, y la segunda, volvemos a parar en el camping Sylvamar, donde nos clavan el doble de lo que pagamos al ir, porque dicen que es el último día de Semana Santa. Lo pagamos porque a los niños les gusta ese camping, pero como ya he dicho, tengo que buscar una posibilidad de hacer noche en otro sitio que sea atractivo para los niños, porque esta gente es muy cara.

Este viaje está hecho en Semana Santa, en Abril, y el clima nos ha acompañado. Para hacer en una semana es un poco arriesgado, por tiempos, pero podría hacerse si se madruga y se hace una buena ruta. Nosotros hemos ido un poco a la aventura, y nos ha salido bastante bien. No sabíamos qué íbamos a encontrarnos en el viaje, y hemos hecho muchas paradas en las oficinas de turismo locales. Al salir de España, yo sólo tenía clara una parada: El gouffre de Padirac. El resto lo hemos ido improvisando a medida que veíamos las informaciones de las oficinas de turismo, y un poco nuestra guía de Francia.

Pero el viaje ha salido inmejorable. Podéis usar nuestra ruta como base, pero en la zona del Périgord hay miles de cosas que hacer y que ver. Nos hemos dejado muchas en el tintero, y tenemos decenas y decenas de folletos con los que organizar una nueva ruta hacia la Francia Medieval y Prehistórica para otra salida.

 

Los peajes de las autopistas y autovías

Nosotros no somos unas personas que vayamos contando los gastos. Se que en otros blogs lo hacen así, pero la verdad es que nosotros queremos disfrutar del viaje, y no pensar en cuánto nos está costando. Son vacaciones. Pero en este caso, voy a hacer una excepción, porque ha habido una autopista en Francia que nos llamó mucho la atención. Normalmente ellos ponen peaje cada pocos kilómetros, y así te cobran pequeñas cantidades, pero varias veces. En concreto, esta que os digo, entramos en Arveyres y salimos en Mussidan, y por 100 km. nos cobraron 23,20 €. Este tramo es el que se coge a la salida de Burdeos hasta el Périgord, hacia Brantôme. No he calculado bien la entrada y salida en el enlace de Google Maps, pero os paso el tramo para que sepáis más o menos donde está, y que podáis hacer ruta alternativa. En lugar de tomar la A89, deberíais seguir por la D1089. Dicho queda.

Y por eso decidí esta vez sumar los tickets y comprobar el gasto de peajes. Y aquí lo tenéis:

Francia: 65,50 €
España: 53,86 €

En total: 119,36 €

Yo creo que es una cantidad alta para peajes. Alguna vez hemos ido en plan de coger carreteras normales, libres. El problema es que tienen muchas rotondas, y con la autocaravana se hace un poco tedioso aminorar tanto para entrar, pero bueno, el próximo viaje intentaremos salir con algo más de tiempo, porque me gustaría hacer la prueba por las carreteras libres. No creo que haya tantísima diferencia de tiempo, y hombre, es un dinero. Daos cuenta que no podéis pasar de 100 km/h en la autopista, y de 90 km/h fuera de las autopistas, por las carreteras libres, como las llamo yo.

El problema es que a veces atravesar los pueblos es muy lento, y por eso hay que tener bien planeado el timing, para que no nos toque atravesar el pueblo en hora de salidas de los trabajos, o en las horas de compras de los supermercados que están normalmente ubicados en las afueras, en polígonos, donde están todos, y como todo es a base de rotondas, se suelen formar líos. Pero si esto lo tenéis en cuenta, no habrá problema en circular por la red libre de carreteras.

Para terminar este epígrafe de datos, os diré que el gasto de combustible ha sido de 266,31 euros. Algo más del doble de los peajes. Así que desde luego, los peajes son algo a tener en cuenta. Eso sí, el combustible es más caro en Francia. Al menos en las autopistas, así que llenad el depósito antes de pasar la frontera. En España hemos cogido una media de 1,13 €/litro y en Francia hemos pagado a 1,20 y a 1,40. Mucha diferencia. Hay que ir mirando los precios para ahorrar un poco.

 

Y esto es todo, amigos camperos. Nos despedimos hasta el siguiente post.

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