El Burgo de Osma y Medinaceli – Planes con niños
¡ Hola, amigos camperos !
En este post os voy a proponer una escapada de un fin de semana a dos sitios que serán del agrado tanto de vosotross como de vuestros hijos. Se trata de El Burgo de Osma y de Medinaceli. En la cabecera del post tenéis un vídeo resumen de este pequeño roadtrip.
En este post «Monasterio de Piedra – Medinaceli – Sigüenza – Torija« ya os explicaba que la explanada del párking, que es también un área de autocaravanas, es un sitio privilegiado para pernoctar y visitar el pueblo. Pero no adelantemos acontecimientos, y vayamos por partes.
Si hacéis la ruta desde Madrid, que es desde donde partimos nosotros, si tenéis tiempo, hay una parada obligatoria, en Buitrago del Lozoya. Como nosotros salimos un viernes por la tarde, cuando los niños salen del cole, dejaremos Buitrago para otro post, y nos centraremos en El Burgo de Osma para la primera noche, y Medinaceli para la segunda.
Hacia El Burgo de Osma
Como podéis ver en el mapa de Google Maps, partiendo desde Madrid pasamos por Buitrago del Lozoya. Si vais sin prisa, visitadlo, pero como requiere un cierto tiempo, si habéis salido un viernes por la tarde, dejadlo para otra excursión.
Otro pueblo visitable es Ayllón, y más cerca de El Burgo de Osma, nos encontramos a San Esteban de Gormaz, donde pasaremos por encima del río Duero atravesando un bello puente. Ya hemos pasado por ese pueblo varias veces, y esa parte de la rivera del río siempre me deja con ganas de parar y dar un paseo para echar unas fotos, pero tendrá que ser para otra ocasión, ya que en este viaje, pasamos por allí ya de noche, y queremos llegar cuanto antes a El Burgo de Osma.
Como os digo, llegamos de noche a nuestro destino. Aprovechamos para hacer una panorámica del pueblo desde la autocaravana, y lo recorremos un poco por encima, para darnos cuenta de que la parte interesante es la que veremos la mañana siguiente, el centro, donde está la Catedral, la plaza y los soportales que unen los dos lugares.
En la foto podéis ver el párking de pernocta que está a nada, a 100 metros de la entrada al casco histórico del pueblo. Un sitio perfecto. Pasamos la noche con una autocaravana más, una camper, y un camión modificado para autocaravana. Muy tranquilo, a pesar de estar la carretera al lado.
Al despertar de la mañana siguiente, habían montado un pequeño mercadillo en una de las esquinas del párking. Pero nada de ruido.
Bueno, como siempre que llegamos por la noche a un sitio, mientras los niños se bañan, cenan y demás, salgo para hacer unas fotos nocturnas. Me encantan los colores que se cogen sin ningún tipo de filtro. Y además las piedras de este sitio tienen hierro en su composición, y las hace tener ciertos tonos rojizos, que con las luces de las farolas, la verdad es que quedan perfectas. Os muestro algunas.
Esta foto superior es la entrada al casco histórico, a la ciudadela. Más tarde en este post, os mostraré una foto de día de donde estábamos aparcados y veréis que esto que se ve en la foto está a escasos 100 metros de nuestra autocaravana. De hecho, por la ventana, estas son nuestras vistas.
El arco que veis en la foto superior, al fondo, da acceso al casco histórico. Esta foto está tomada desde dentro, así que a nuestra espalda se encuentra ya la Catedral. Os he puesto algunas miniaturas en el montaje de la zona de alrededor de la entrada.
La estatua del centro es de San Pedro de Osma. Una de las inscripciones laterales de la base dice:
A los obispos que en los primeros tiempos del Cristianismo tuvieron su sede en la vieja Uxama.
Uxama Argaela es una ciudad celtíbero-romana. Ocupa el cerro del Castro, que mira a la actual ciudad de El Burgo de Osma.
Uxama Argaela, como una más de las ciudades de los arévacos (pueblo preromano perteneciente a la familia de los celtíberos), participó de forma activa en las guerras celtíberas, que fueron los enfrentamientos que se produjeron entre la República Romana y los distintos pueblos celtíberos con los que Roma chocaba. Uxama fue finalmente conquistada por Roma en el año 99 a.C., y más tarde apoyó la causa de Quinto Sertorio contra la propia Roma, y por esto, Uxama fue destruida por Pompeyo el Magno en el año 72 a.C., aunque se terminó reconstruyendo poco después.
El momento de máximo esplendor de Uxama se sitúa entre los siglos I y II d.C., y se convirtió en municipio bajo el emperador romano Tiberio, empezando así un importante proceso de monumentalización, que consistió en la construcción de un pequeño foro, una serie de grandes mansiones urbanas, unas murallas y un verdadero barrio fabril a orillas del río Ucero.
Posteriormente aparece como una mansión de la importante calzada romana que unía Caesar Augusta (nuestra actual Zaragoza) y Asturica Augusta (nuestra actual Astorga, en León).
En la siguiente foto os muestro la situación de Uxama, prácticamente en el centro de la imagen, y más abajo a la derecha, os he marcado el destino de mañana, Medinaceli.
Os tengo que decir que todo esto no fue planeado. Nos encontramos con mucha historia romana en El Burgo de Osma, y en la región, pero no teníamos ni idea de la importancia histórica de estos sitios. La verdad es que estos viajes, con estas sorpresas, salen mejor así que si hubieran sido estudiados, porque te encuentras todo un mundo histórico detrás de las piedras que ves con tus ojos.
Lo cierto es que no visitamos Uxama, sino que nos quedamos en El Burgo de Osma, pero os he querido contar la historia de Uxama, porque la verdad es que me ha parecido muy interesante.
La Ciudad de Osma es el núcleo histórico altomedieval, mientras que El Burgo de Osma es la villa aledaña, que fue declarada Villa de Interés Turístico en 1962, y Conjunto Histórico-Artístico en 1993.
Terminada la lección de historia 🙂 llegamos a la mañana del sábado, y como podéis ver en la foto, el paisaje que tenemos al lado es magnífico. Os tengo que decir que el paseo por el río es muy recomendable.
En la foto superior podéis ver el puente sobre el río Ucero para entrar en la ciudadela, y se puede observar al final del puente, medio arco, que en las fotos de anoche podíais ver mejor, y desde dentro. Las miniaturas son unas fotos hechas desde el medio del puente a ambos lados.
Nada más pasar las murallas de la ciudad nos encontramos con la Catedral a pocos metros, ubicada en la Plaza de San Pedro, y unos soportales a su derecha.
El Burgo de Osma nació al cobijo de la Catedral. Su historia no se puede entender si no se tiene en cuenta el vínculo que existe entre el pueblo y el templo, entre la vida ciudadana y la presencia eclesiástica. Casi todas las obras de arte burguense tienen origen eclesiástico.
San Pedro de Osma, al que pertenece la estatua que os mostré en la foto nocturna, comenzó a construir la Catedral en el año 1101. Aunque de aquella Catedral románica ya quedan pocos restos, ya que fue demolida para construir la actual, de estilo gótico, y de mayor embergadura. El promotor de la nueva Catedral fue el obispo Juan Díaz, y las obras comenzaron en 1932. Desde entonces, la Catedral ha sufrido diversas ampliaciones.
Si la queréis visitar, la visita es de pago. Podéis entrar a verla desde un plano general, pero no están permitidas las fotos en su interior.
Bordeando la Catedral, y cogiendo la calle del fondo, a mano izquierda, la Calle Mayor, podemos ir por los soportales que podéis ver en la foto superior hasta la plaza principal del pueblo, la Plaza Mayor. En ese día estaban preparando una matanza, que parece ser una acontecimiento en todo el pueblo, ya que se oía hasta a los niños decir «yo quiero ir a la matanza, mamá».
En fin, yo ya comenté esta misma foto en Instagram, y la verdad es que no entiendo que se haga una fiesta de ver morir desangrado a un cerdo, gritando y sufriendo. En fin, supongo que a muchos de nosotros nos gusta el chorizo, pero de ahí a convertir esto en un espectáculo, pues no lo entiendo, sinceramente.
En la foto de arriba podéis ver el otro lado de la Plaza Mayor, con unos árboles sin hojas, que me recordaron a los de la Plaza de Cervantes de Alcalá de Henares, en Madrid.
Compramos el pan en una de las tiendas que encontramos por allí, y de paso nos llevamos unas ricas pastas, y nos volvemos a comer a la autocaravana, aunque antes de regresar, rodeamos la Catedral por el otro costado, por la Calle Santo Domingo, lo que nos da las fotos que os dejo abajo.
Salimos del centro histórico, y regresamos al párking, desde donde hago la foto inferior.
Y como lo prometido es deuda, os dejo la foto de nuestra autocaravana, aparcada en el mismo sitio donde pernoctamos, pero de forma que podéis ver la distancia, la poca distancia, a la que nos encontrábamos de la Catedral. Todo un lujo, sin ninguna duda. Además, las plazas para las autocaravanas eran bastante amplias.
En lugar de quedarnos a comer allí, nos movemos un poco, y seguimos el río en dirección al Castillo. Lo podéis ver en la foto inferior. Pero resulta que no se puede subir en coche, y la verdad es que hace tanto frío y viento, que no tenemos ganas de subir a pie, y menos con los niños, que todavía se nos costipan. Pero la zona, con el paseo por la orilla del río, y con unas mesas tipo merendero, tiene una pinta estupenda. La verdad es que todo eso es muy bonito.
Una amiga de mi mujer, que es de la zona, nos dice que el Castillo de Gormaz es visitable y que está muy chulo, así que nos dirigimos hacia allí, ya que está cerca.
Cuando llegamos, la verdad es que llegamos a saber si se podía subir en coche o no. No tenía pinta, la verdad, pero no lo se. De todos modos, no tuvimos ganas de meternos por esas carreteras estropeadas con la autocaravana. Además, lo cierto es que allí hacía más viento que en El Burgo de Osma, así que al final no hicimos ningún intento de llegar. En contra, nos quedamos a comer a las afueras del pueblo de Gormaz. Los niños salieron a jugar un rato con los coches teledirigidos. Llevábamos un dron, regalo de los Reyes Magos, y lo íbamos a probar. Nada más levantarlo del suelo, lo cogió el viento, y yo pensé que no lo volvíamos a ver. Pero como unos 50 o 60 metros más allá, el dron cayó en picado, y lo pudimos recuperar. Demasiado viento.
Estando allí, tomamos la decisión de ir a dormir a Medinaceli, porque como ya conocemos ese sitio, y sabíamos que aunque hubiera viento, por lo menos, los niños podrán jugar en el parque infantil, y podríamos ver la exposición permanente, y perdernos un poco por las calles del pueblo. Cuando salimos de Madrid no teníamos en mente pasar la segunda noche en Medinaceli, la verdad, pero esto es lo que tiene el autocaravanismo. 🙂
Además, por casualidades de la vida, la amiga de mi mujer que tiene una casa en un pueblo cercano, Sotos del Burgo, está este fin de semana por allí. Nos acercamos a saludarla, y pasamos un rato con ellos.
En este pueblo, tenían una explanada donde volamos el dron, y no hacía tanto viento. También había un pequeño parque infantil, y los niños se lo pasaron bien. Luego nos enseñaron una cosa curiosa. El pueblo tenía una fuente donde vivía un pez. A mi me parece increíble que ese animal pueda soportar las heladas que seguro se dan en esa fuente, pero allí estaba.
En fin, esta visita ha hecho que partamos más tarde de lo previsto hacia Medinaceli, así que llegamos de noche a nuestro destino de pernocta. Como conocemos el sitio, no nos importa mucho.
Medinaceli
Lo interesante de Medinaceli es el conjunto turístico de la parte de arriba del cerro. El pueblo está en la parte de abajo, al pie de la carretera. La parte turística, el conjunto histórico-artístico, está en la parte de arriba.
La primera vez que fuimos a Medinaceli nos sorprendió la buena área de autocaravanas que tienen allí. Realmente es el parking de la zona, lo que ocurre es que han puesto una serie de contenedores para la basura generada, y una zona de aguas grises y negras para las autocaravanas, y como la verde explanada donde se ubica el parking y la zona de pernocta, es grande, se está bastante bien.
Eso sí, la gente suele ir allí más o menos a la hora de la comida, y se suele llenar de coches. Lo digo porque si aparcáis dentro de la zona verde, y no tenéis cuidado, es posible que os dejen la salida un poco complicada, por culpa de los coches aparcados. Aunque en esta ocasión me ha parecido ver que entre algunas de las piedras se delimitación (miniatura en la foto inferior), se podría pasar.
Bueno, seguimos. Aparcamos, como veis en la foto, al lado de un camión modificado con una especie de caseta de obra o algo similar, que hacía las veces de autocaravana. Era belga. Para hacer esas cosas en España, hay que tener ganas de pelear con las homologaciones. 🙂
La vista que tenemos desde la ventana de la autocaravana es la de la miniatura de la foto superior. Mi mujer hace un boceto a lápiz, mientras desayunamos, y yo os lo dejo aquí.
Medinaceli es otra ciudad romana con mucha historia detrás suyo. De la ciudad amurallada se conservan el arco de entrada, parte de la muralla, y un castillo en ruinas. Pero desde el momento en que pisas sus calles, te transladas a otra época. Los niños se lo pasan genial, corriendo por sus callejones, descubriendo sus rincones. Medinaceli es como una ciudad laberinto. Decenas de calles pequeñas se entrelazan, uniendo pequeñas plazas. Sus calles laberínticas son tan estrechas que en algunos casos se pueden tocar sus muros con los brazos extendidos. El año pasado hice un vídeo de Medinaceli de noche, que os dejo aquí abajo.
Sin embargo, en este viaje, no salí de la autocaravana para hacer fotos nocturnas, porque hacía mucho viento, y mucho frío.
Ya con la luz del día, dimos el paseo de rigor. Y os tengo que confesar, que nos perdimos un poco, buscando la Plaza Mayor, donde está ubicada la exposición permanente.
En la foto inferior podéis ver en una miniatura cómo todavíán quedaban algunos restos de nieve donde no llega el sol.
La exposición permanente, que llaman el Aula Arqueológica, consiste en dos salas, una dedicada a la época romana de la ciudad, y otra a la época medieval. Además, hay un audiovisual de unos 10 minutos muy interesante sobre la historia romana de Medinaceli.
En la foto inferior, podemos ver la maqueta de la ciudad en la época romana, con las murallas que la rodeaban, y el arco dándole acceso.
En la exposición romana nos enseñan cómo se hacían los mosaicos que recubrían los suelos de las viviendas.
En la parte medieval, se recrea un poco la vida de aquella época.
Os tengo que confesar que de todas las veces que hemos estado en Medinaceli, esta es la primera en la que vemos el audiovisual. Los niños ya no son tan bebés, y lo soportan bien. Y la verdad es que merece mucho la pena.
Seguimos nuestro paseo por la ciudad, pero esta vez vamos en busca de una tienda para comprar el pan, y volver a comer a la autocaravana para después regresar a Madrid.
En la foto de abajo os he intentado dejar una impresión clara de lo que es Medinaceli, y de lo que significa esta ciudad para el descubrimiento de los niños. Estamos en una pequeña plaza, y al final, a la izquierda podéis ver un pequeño callejón que dará acceso a otra zona. No se aprecia hasta estar casi encima, pero la placa con el nombre de la calle en la pared lo delata. Lo podéis ver en la foto principal. Al acercarse, se puede empezar a apreciar que por allí hay salida.
En Medinaceli hay muchos sitios como este. Incluso más chulos, con arcos y pasadizos de 3 o 4 metros de largo y de poco más de un metro de ancho, que unen diferentes plazuelas. Os podéis imaginar que para los niños, esto es alucinante.
En la foto inferior, en la miniatura de arriba, podéis ver el arco al fondo. La foto está tomada desde dentro de la ciudad.
En esta otra foto podemos ver la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, donde se venera una imagen del Cristo de Medinaceli. Una Colegiata es un templo católico que sin ser Catedral, dispone de un cabildo.
Los antiguos abades de la Colegiata pelearon durante siglos con los sucesivos obispos de Sigüenza por mantener sus privilegios.
Hoy en día se puede visitar, y aunque en esta ocasión no pudimos entrar, si no recuerdo mal, creo que la entrada era de un euro para los adultos, y lo destinaban al mantenimiento del templo.
Otro de los monumentos característicos de Medinaceli es su arco romano, que fue construido entre los siglos I y III d.C., y es el único en España de tres arcos.
Otros monumentos son el castillo (actualmente utilizado como cementerio), la Plaza Mayor, el Palacio Ducal, la Alhóndiga, el Convento de Santa Isabel (donde las monjas clarisas te venden unas exquisitas pastas), la Iglesia de San Martín, el Baterío de San Román (completamente en ruinas), y unos restos árabes fuera del perímetro de la muralla.
Los diferentes monumentos de la villa histórica se vieron muy deteriorados por muchos años de abandono y varias construcciones interesantes desaparecieron para siempre. En las últimas décadas, Medinaceli ha sido restaurada intensivamente, salvándose de la ruina total a la que estaba destinado el Palacio Ducal y rehabilitándose la Plaza Mayor y el empedrado de las calles de la población.
Aún así, a pesar de estar restaurado en una gran parte, esta población merece la pena ser visitada.
Bueno, pues una vez hemos comprado el pan, nos dirigimos a la calle que está enfrente de la explanada de parking donde también hay un campo de fútbol de hierba, porque allí hay un parque infantil donde los niños pueden jugar un rato, mientras nosotros nos tomamos «una sin» en el chiringuito que hay en el centro, que se llama Cal Fausto. Nos pedimos una bravas, y salimos a la terraza, para poder ver a los niños desde allí. Por cierto, si vais por allí decidle que habéis visto en nuestro blog la referencia. Ojo, que no cobramos nada por esto, pero es que nos atendieron con mucha amabilidad, y eso siempre es de agradecer.
Un poco de historia de Medinaceli
El origen de Medinaceli se encuentra en la antigua ciudad de Occilis, una ciudad de los belos (un pueblo celtíbero) y un municipio post-romano. Medinaceli está, desde el tiempo de la ocupación romana, sobre un cerro al este del que ocupó la Occilis celtíbera. Durante la dominación romana de Hispania, se comenzaron a explotar las salinas en el valle y se construyó en la Villa el famoso arco romano. Más adelante, Medinaceli fue frontera divisoria entre cirstianos y musulmanes.
Medinaceli fue un enclave estratégico de primer orden durante siglos, debido a su situación. La historia nos dice que que el caudillo árabe Almazor murió en la ciudad cuando venía de retirada de la batalla de Calatañazor, y dicen que está enterrado en aquella zona.
Sobre 1129, el rey de Aragón, Alfonso I El Batallador, conquista definitivamente los territorios del alto Jalón, con Medinaceli y el enclave de Molina. Poco tiempo después, pasaría a manos castellanas.
Toda esta zona rezuma historia de la dominación romana y de los años árabes. Pisamos tierras bañadas con sangre de batallas, de éxitos y de fracasos, y cuando piensas en estos hechos, estando en los mismos lugares que antaño vieron estos hechos, te sientes un poco pequeño en el tiempo, y sólo queda el reconocimiento de que hoy en día tenemos una vida más sencilla que la de nuestros antepasados en estas tierras.
Te dan ganas de ver una peli de romanos 😀
Resumiendo
Ha sido una muy buena escapada, y la recomiendo sin ninguna duda. Ha salido mucho mejor de lo esperado cuando salimos el viernes por la tarde hacia El Burgo de Osma. La magia de viajar en autocaravana nos ha dado la posibilidad de cambiar el destino a nuestra discreción, sin cancelaciones, ni historias raras. Hemos parado a comer en medio del campo, y hemos dormido prácticamente a los pies de una Catedral.
Viajar en autocaravana tiene sus pros y sus contras, como todo en la vida. Pero desde luego, de momento, para nosotros hay más ventajas que inconvenientes, y una muy grande es llevar tus cosas sin restricciones, y poder cambiar los planes sin previo aviso.
¡ Nos vemos en el siguiente post !