Safari Park Madrid

Safari Park Madrid

En este post os traigo una visita a Safari Park Madrid. Safari Park Madrid es un zoo un tanto particular, ya que podrás ver los animales desde el coche. Es una excursión que merece la pena hacer al menos una vez en la vida de los niños. Nosotros fuimos cuando éramos pequeños, y ahora, mis hijos han ido cuando son pequeños.

En este post vamos a hacer un recorrido por todo el parque.

Safari Park Madrid se encuentra en el municipio madrileño de Aldea del Fresno. En su página web tenéis todos los datos para llegar, precios y demás datos de interés.

Justo antes de entrar a Safari Park Madrid nos encontramos con lo que parece una especie de camping: Caravan Garden. Quedamos en ir a hacer unas fotos al salir del zoo, pero nos encontramos con una entrada que dice «camping privado».

Así que hicimos la foto a la entrada, con la idea de que cuando escribiera este post buscaría información sobre instalaciones y precios para que esto fuera una opción de pernocta para la gente que venga desde fuera de Madrid a visitar el zoo, o que símplemente, estuviera de paso hacia otro destino.

A la hora de escribir este post, lo busco en Google y me llevo una sorpresa increíble sobre el sitio. Son noticias de 2014. Hablan de un sitio que iba para camping, se convirtió en urbanización, y parece ser que tienen que demolerlo. Al menos eso es lo que ponen en una noticia en la web de RTVE. Y hay otro artículo interesante en el diario El Mundo.

Bueno, pues se me quita de la cabeza la idea de poder alojarse en un camping a la salida del zoo. Dicho esto, comenzamos las visita a Safari Park Madrid.

 

Entramos al Safari Park Madrid

Para nosotros, que tenemos desde hace ya muchos años los pases anuales de los parques que engloban el Parque de Atracciones de Madrid, el zoo de Madrid, el Parque Warner, y Faunia, entre otros, pagar casi 70 € por entrar nos pareció, la verdad, caro. Aunque hay que contar que hay que alimentar a los animales, y que la afluencia de público no parece que sea tan grande como la del mismo zoo de Madrid.

En la taquilla de la entrada nos ofrecen una bolsa de zanahorias para dar de comer a los hervívoros por 2€. La compramos.

Podéis traer de vuestra casa las zanahorias, o incluso frutas, y así os ahorráis los 2€, y además podéis traer varias bolsas: zanahorias, lechugas, manzanas, etc.

Justo antes de las taquillas hay un restaurante donde podéis comer. Pasando la taquilla tenéis un chiringuito de comida rápida, con una zona de merendero. Podéis también llevar la comida de casa.

En esta zona, como podéis ver en la foto, también tenéis una tienda de recuerdos. Aunque no sale en la foto, a mano derecha está la entrada/salida del zoo, y a mano izquierda la zona de las aves. Detrás y a mano izquierda, una zona de pequeñas cabras donde los niños y los padres pueden entrar y jugar con ellas. Están super acostumbradas a la gente. A espaldas de la foto hay un parking, y un área de toboganes (o mega toboganes, como los llaman, ya que son de esos que hay que subir bastante para luego lanzarse), una pequeña piscina (no me preguntéis si abren en verano, no lo se, pero según la web, así es), y un circuito de karts.

Nosotros fuimos el 9 de diciembre. Estaba nublado, hacía algo de frío y no había sol. Pero os digo que si hubiera habido sol, lo cierto es que no hay muchas sombras. En general, os tengo que decir que el parque podría estar mejor mantenido. No es que esté sucio. Es que se ve viejo, antiguo. Habría que actualizarlo un poco, con algunos árboles, y sobre todo en la zona de animales en semi libertad, donde apenas hay algún árbol perdido.

Por seguir y terminar ya con esta fotografía de arriba, lo que se ve a la izquierda de la tienda de recuerdos es un área dedicada a los suricatas. Os dejo una foto desde más cerca.

 

Zona de las aves: Aviarium

Como he dicho antes, al lado del merendero se encuentra la zona de las aves. Hay guacamayos, loros de muchos tipos, cacatúas, perdices, pavos reales, incluso un par de pájaros de la familia del Martín Pescador. Los colores de estos pájaros son increíbles. Da un poco de pena que en un sitio tan grande los tengan en jaulas tan pequeñas, y tal vez se le pasa a uno por la cabeza que podrían hacer las jaulas más grandes.

Realmente, no es que sean pequeñas, pero estos pájaros, que vuelan más que un canario, y teniendo todo el espacio que tienen en el zoo, bien podrían estar en jaulas algo más grandes. Pero por lo demás, el recorrido de este aviarium es algo estrecho, pero como nosotros lo vimos sin apenas gente, nos gustó mucho. Os dejo algunas fotos.

Esta es la jaula grande, que da acceso a la instalación. Las demás son bastante más pequeñas.

 

 

En la foto, podéis ver a la izquierda un Martín Pescador.

 

El rincón de los mansos

Creo que es así como llaman a un cercado donde tienen pequeñas cabras super familiarizadas con los humanos, donde padres e hijos pueden entrar a jugar con ellas. Incluso les puedes dar de comer las zanahorias que te venden por 2 €. La entrada es gratuita.

Si os fijáis bien, al fondo de la foto, más o menos en la parte superior y tirando hacia la izquierda desde el centro, podéis ver los «mega toboganes» de los que os he hablado antes. En esa zona es donde también se encuentra la pequeña piscina, para la temporada de verano. A la derecha de esta foto, no sale, pero tenéis el merendero, el quiosco de comida rápida, y el aviarium.

Seguimos con el recorrido, y antes de entrar a la zona de animales en semi libertad, tenemos dos pabellones más, el de los reptiles y el de los cocodrilos, ambos con parking. Además, en el pabellón de los cocodrilos, también hay otra zona de merendero, esta vez, cubierta.

 

La gruta de los cocodrilos

Con un aspecto de gruta, en este pabellón podemos ver caimanes y cocodrilos. Como se puede ver en la foto, los más pequeños, que no alcancen ya cierta altura, tendrán que ser aupados por vosotros, ya que los laterales, en lugar de ser de cristal para que los niños puedan ver bien a los animales, son de madera, a modo de troncos pequeños. Lo cierto es que la madera es demasiado alta para los más pequeños, y como os decía al inicio de este post, cosas así son las que te dan esa sensación de vejez del parque, y de que es necesaria una actualización.

Sin embargo, para los más mayores y para los padres, la ambientación con las maderas es mejor que si hubiera cristales en los laterales. Pero es un zoo, y hay que pensar en los más pequeños. Sobre todo, porque están cobrando una entrada. 🙂

 

Reptilarium

En este pabellón podremos ver serpientes, tarántulas, gekos, ranas, etc. Os dejo algunas fotos de los más interesantes.

¿Veis el camaleón en la imagen central? ¿Y su cola?

En la foto superior podemos ver un camaleón en el centro, y muchas ranas en las pequeñas. En la parte superior irquierda hay dos ranas muy peñas, una azul y otra amarilla. Costó encontrarlas, y costó aún más enfocarlas, debido a su pequeño tamaño y que estaban entre muchas hojas. Pero bueno, algo salió.

 

Animales en semi libertad

Bueno, pues llegamos a la parte del recorrido que hay que hacer en coche. El circuito está compuesto de 4 partes. Las dos primeras partes son para hervívoros, y podremos darles de comer las ya famosas zanahorias. A la entrada nos dicen que se pueden bajar las ventanillas del coche un par de dedos. Lo suficiente para sacar la comida y que ellos acerquen la boca para cogerla.

Pero vimos que siempre hay gente que se salta las normas, desgraciadamente. Al final, los accidentes que son por imprudencia no son accidentes. Al menos desde mi punto de vista. Porque aunque estos animales sean hervívoros, no hay que perder de vista el hecho de que pueden herir fácilmente a una persona, bien con un mordisco, bien con los cuernos que muchos tienen, o con la increíble fuerza de una coz de una cebra, por ejemplo. Ya te advierten a la entrada de que las cebras son peligrosas porque muerden. Pero aún así, la gente se arriesga a sacar toda la mano. Incluso llegamos a ver cómo un caballo metía la cabeza entera en el coche de delante, y la que iba en el asiento le acariciaba con una mano mientras que con la otra le daba de comer.

Es muy temerario hacer esto, porque el caballo, para meter la cabeza en el vehículo tiene que agacharse un poco, y se puede volver a llegar a poner nervioso al golpearse, por ejemplo, contra el techo de dentro del coche, pudiendo dar como consecuencia un mordisco, o una coz a otro animal, o vete tú a saber qué.

Nosotros vimos como una cebra daba una coz a otro animal y cómo un muflón atacaba a otro con los cuernos, y todo por llegar a tener una posición mejor para coger la zanahoria que le estaban ofreciendo.

Aunque sean hervívoros, son animales que intentarán coger su mejor posición para tomar la comida que les ofrecéis, y el más pequeño de ellos puede llegar a ocasionar daño a una persona, máxime a un niño, así que, por favor, tened la precaución debida, que no es otra que seguir las indicaciones y las normas del parque.

En la foto de arriba podéis ver en la equina superior izquierda cómo algunos animales ponen sus patas sobre la carrocería del coche para acceder mejor a las zanahorias. El resultado es lo que estáis pensando. El coche rayado. No hubo abollones, pero si rayaduras en la pintura.

Como es probable que el coche se te raye, o que incluso se abolle, piensa en hacer la visita cuando tengas que ir a dar un parte de reparación. Por otro lado, cuando pensamos en hacer la visita al Safari Park Madrid, evaluamos la posibilidad de hacerla en autocaravana. Desde ya os digo que ni locos. Una cosa son los desperfectos en el coche y otra en la autocaravana.

Los elefantes y las girafas no salen de sus recintos. Los tienen al lado del circuito, pero sin poder salir.

Los animales se acercarán por si solos al coche para buscar alimento.

Una vez se ven los dos módulos de los hervívoros, te avisan de que cierres las ventanillas, porque entras a los recintos de los animales peligrosos.

Los leones los tenían agrupados en esta parte. Un empleado del zoo, dentro de un coche, los mantenía en esa parte.

En la foto superior podéis ver la parte de los monos. Ahora, en esta zona, no te permiten parar el coche. Puedes ir despacio, pero no puedes parar. Yo recuerdo que cuando era pequeño, y fuimos al Safari Park con mis padres, los monos se subieron al coche, y le quitaron la goma negra que recubre la luna delantera.

Ahora esas cosas no pasan porque no te permiten parar el vehículo. Pasan otras, como que las cabras se suben en el coche, rayándolo con las pezuñas. 😉

En la foto de arriba podéis ver a un rinoceronte con algunas cebras a su alrededor. ¡Menudo cuerno!, ¿verdad?

 

Cerca de allí está la charca de los hipopótamos. En la foto de arriba los podéis ver casi sumergidos del todo.

En la foto de arriba podéis ver los tigres. Es curioso. Los tigres los tienen en su propia zona, vallados, mientras a los leones los mantienen a raya con un único coche. La verdad es que no se por que será así, pero da un poco que pensar sobre la ferocidad de uno y de otro animal. O tal vez solo sea coincidencia, o para que no se junten.

Os dejo un vídeo de la visita al Safari Park.

Como he dicho al inicio del post, hay que hacer esta visita al menos una vez en la vida. El hecho de ver cómo los animales se echan encima del coche, para los niños es toda una aventura. Si además, les vas diciendo los nombres de los animales, y leyendo el folleto que te entregan con la entrada, quizás además aprendan algo sobre esos animales.

Desde luego, es una experiencia diferente a la de un zoo tradicional.

¡ Hasta el siguiente post !

 

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